LA DIFICULTAD
PARA ENCONTRAR UNA APLICACIÓN PRÁCTICA A LOS TIPOS DE MANTENIMIENTO
Esta división de Tipos
de Mantenimiento presenta el inconveniente de cada equipo necesita una mezcla
de cada uno de esos tipos, de manera que no podemos pensar en aplicar uno solo
de ellos a un equipo en particular.
Así, en un motor
determinado nos ocuparemos de su lubricación (mantenimiento preventivo
periódico), si lo requiere, mediremos sus vibraciones o sus temperaturas
(mantenimiento predictivo), quizás le hagamos una puesta a punto anual (puesta
a cero) y repararemos las averías que vayan surgiendo (mantenimiento
correctivo). La mezcla más idónea de todos estos tipos de mantenimiento nos la
dictarán estrictas razones ligadas al coste de las pérdidas de producción en
una parada de ese equipo, al coste de reparación, al impacto ambiental, a la
seguridad y a la calidad del producto o servicio, entre otras.
El inconveniente, pues,
de la división anterior es que no es capaz de dar una respuesta clara a esta
pregunta:
¿Cuál es el mantenimiento que debo aplicar a cada uno
de los equipos que componen una planta concreta?
Para dar respuesta a
esta pregunta, es conveniente definir el concepto de Modelo de Mantenimiento.
Un Modelo de Mantenimiento es una mezcla de los anteriores tipos de
mantenimiento en unas proporciones determinadas, y que responde adecuadamente a
las necesidades de un equipo concreto. Podemos pensar que cada equipo
necesitará una mezcla distinta de los diferentes tipos de mantenimiento, una
mezcla determinada de tareas, de manera que los modelos de mantenimiento
posibles serán tantos como equipos puedan existir. Pero esto no es del todo
correcto. Pueden identificarse claramente 4 de estas mezclas, complementadas
con otros dos tipos de tareas adicionales, según veremos más adelante.
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